domingo, 28 de marzo de 2021

Poesía

El viejo Cuaderno 











Aquí me encuentro 

con la penumbra 

escrita con la Sabía

roja de mis dedos,

entre los vértigos de un papel oscurecido

dibujo letras de frecuencias vacías.


Ellas me extienden sus manos

me empapan el alma en su dolor del eco inverso,

donde habita, me habla.

No logro distinguir la salida,

ni mirar sus ojos cautivos,

extraviados detrás del viento 

ni sentir sus labios

atardeciendo el frenesí del amor, 

como alma áspera en dulce invierno.


Ya no esta

se marcho,

Quien es el verso, Quien es la tinta?

El o yo

Tal vez soy posible

solo en ausencia

y voy cayendo en la relatividad

del enunciado posible,

que se adapta a esta dimensión.

Quisiera mirar su sonrisa 

antes que se consuma,

todo sea devorado,  

por las brasas del fuego de otros cariños

Yo que sé, en realidad.

Ya no esta

He sido salvada de mi,

mis ojos a tientas

ya no leen más

la melancolía del viejo cuaderno

ha de estar maldito, 

no  lo  puedo  abrir 

estoy pensando en inmolarme. 

Quémenme,  y usen en el verso

como leño y carbón,

el infinito en la mente del indocto

se excita y arderá por si solo.

fusílenme y usen el poema

como cañón y pólvora


Ya no esta

con enmudecida elocuencia 

se marcho

¿se marcho?

o soy yo quien esta ausente

y no encuentro camino 

para regresar prodigiosa 

hasta la rigurosa blanda de mi piel. 


No encuentro sus besos

sobre mi cuerpo, 

su olor sobre mi huesos.

Abrí el viejo cuaderno

y no lo encuentro,

su presencia ya no retorna a mi.

Escrito por: Sara Luz Chumbe 






















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